Hoy me parece que voy a volcar bastante odio en la reseña, pero como ya dije al principio de este blog, estoy hasta los meeples.

Esta semana he podido probar por fin el deseadísimo y agotadísimo y fabulosísimo y xxxxxxísimo The White Castle que todo el mundo venera. Mi opinión: es una mierda pinchada en un palo, así, con todas las letras.

Y es que parece que algunos autores tienen una especie de aura mágica que todo lo que sacan se convierte en un juegazo y, en mi opinión, la mayor parte de las veces, son juegos extremadamente sobrevalorados. Shei S. e Isra C. -que personalmente no tengo nada en su contra por supuesto, ni siquiera los conozco- son de esos. Y de verdad que no me entra en la cabeza.

El juego en cuestión es un euro con elección de dados -como Marco Polo y muchos otros- ambientado en el mundo oriental -como cientos de ellos- y donde tendremos que gestionar las acciones disponibles -que son unas pocas y totalmente desconectadas entre ellas- en base al dado escogido -como La Granja, por ejemplo- y a los huecos disponibles. En resumen, algo que hemos visto mil veces y que no aporta absolutamente nada nuevo pero que por algún extraño motivo que no alcanzo a comprender todo el mundo quiere y lo pinta como el juego del siglo.

Y supongo que el odio que lees, querido lector, entre estas líneas es debido sobre todo a que juegos mediocres y totalmente superfluos como este The White Castle le quitan el protagonismo a otras verdaderas joyas que pasan desapercibidas, posiblemente porque su editorial no hace el trabajo fabuloso de hypeo que hace Devir. Y ojo, que me parece perfecto, bien por Devir, que es lo que tiene que hacer. Recuerdo por ejemplo un excepcional euro novedoso y original que nos traía Maldito -lo siento, pero no recuerdo el título, era de temática industrial medio steampunk– del que ni se habló y se come con patatas a esta mierda de castillo blanco.

Toda la diversión de este juego reside en escoger un dado de entre 6 posibles -aunque hay muchos más pero no son seleccionables- y en función de su resultado y su color colocarlo en una ubicación concreta del minúsculo tablero -o de tu propio tablero de jugador- y realizar su acción. Acción que, por otra parte, es como un totum revolutum donde puedes conseguir algunos recursos, unas monedas de Daimio que están metidas con calzador, ocupar unas plantas de un castillo o ir ascendiendo por las mismas, o incluso mover meeples de distinto tipo de tu tablero al tablero central para obtener más beneficios y recursos. Al final no te sientes hilando nada sino en una especie de juego creado a parches de mecánicas de otros que queda muy mono en una caja extra pequeña -la especialidad de Devir ultimamente- y con unos puentecitos de cartón muy vistosos que luego no dejan que la citada caja cierre.

Después de unas cuantas rondas y con varios cambios de recursos a puntos, el que haya puntuado más, gana. Chimpún. ¿A que es original? En fin…

Y ya al margen del juego, que de verdad aporta lo mismo al panorama lúdico que una cubitera en el ártico, vuelvo al tema inicial de los autores con aura mágica. Y es que estos autores, que empezaron con un nefasto Aloha Pioha, han conseguido gracias a mezclas similares que la gente los idolatre y compre sus juegos por palés. Desde The Red Cathedral -otro del mismo palo- pasando por el menos existoso Flowar, todo es lo mismo. Pillo mecánicas euro de aquí y de allí, las mezclo y a vender. Y lo han conseguido, la verdad, pero no porque los juegos lo merezcan.

Y no son los únicos… otros autores patrios como Germán P. Millán, cuyo mejor juego fue Kingdom Defenders pero que no funcionó por excesivamente complejo, también se ha ganado ese aura y saca auténticas monstruosidades como Bitoku, Sabika o Bamboo donde la clave es complicar y complicar un euro clásico para meter cosas a la fuerza y parecer que estás jugando a un República de Roma siempre con aspecto zen y oriental.

Pasa fuera de nuestras fronteras también, claro. En los últimos años han aparecido juegos extremadamente sobrevalorados como Wingspan -un juego donde colecciono cartas de pájaros para conseguir huevos de colores y combar habilidades, que ni funciona para jugadores duros por extremadamente sencillo ni para novatos por complejo- o como Everdell -un juego que si le quitas su aspecto te quedas con unas mecánicas vacías- o el famosísimo Root son ejemplos de sobrevaloración excesiva.

Y claro, esto se paga. Como decía Manquiña en Airbag «a los hechos me repito«: la expansión de Bitoku ha pasado desapercibida o tenemos Wallapop lleno de Bamboos y Sabikas.

Lo que sí me queda claro es que no hay más que coger fama y echarte a dormir.

Si estás o no de acuerdo con todo este rollo, por favor dímelo en los comentarios. Y si te gusta este blog, suscríbete y comparte, por favor.

9 comentarios en “Coge fama y échate a dormir

  1. Aprecio de verdad el esfuerzo de crear cualquier tipo de contenido. Y creo que las críticas no sólo son buenas, sino necesarias… pero críticas constructivas. Está claro que es tu blog y tu opinión, pero te has dedicado única y exclusivamente a verter mierda, ya no sólo sobre este juego, sino sobre todos los que han publicado. Ya de paso y sin venir a cuento, has dejado un poco de pastel para otro autor y otros juegos que no tienen nada que ver con el que nos ocupa. La única pizca de bondad era para un juego de Maldito del cual ni siquiera recuerdas el nombre… ¿Dónde está la reseña del juego aquí?

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    1. Agradezco mucho el comentario. La reseña está en la parte en la que indico cómo se desarrolla el juego y las mecánicas que hacen posible ese desarrollo, además de indicar lo poco novedosas que son. Respecto a pringar a otros autores, simplemente me ha parecido que venía a cuento. La verdad es que estoy cansado de reseñas buenistas. Si quieres leer virtudes y maravillas de este juego, tienes a los «influencers» de referencia que todos lo ponen por las nubes. Yo no, no me ha gustado nada y explico el porqué. Yo, que me cuesta mucho ganar el dinero, agradecería que alguien me contase sobre todo las partes malas de los juegos (que nadie dice) antes de invertir en ellos. Por ejemplo, The Witcher o Vampiro me han encantado y los recomiendo, pero dejo claras sus partes negras para que todo el mundo sepa cuales son. Yo, conociéndolas, los compraría igualmente. Pero está bien que te las digan. De todas formas las opiniones son como los culos, todo el mundo tiene uno.

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  2. Me gusta tu blog y sentir lo independiente que eres a la hora de opinar ( cada vez más difícil de encontrar). A mi lo que menos me gusta del White Castle es que es muuuuy abstractos, a mi me gusta sentir algo de tema cuando juego.

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  3. Me encanta la sinceridad con la que escribes, pero me quedo con las ganas de saber los titulos a los que te refieres como mejores, danos datos para revisar juegos nuevos u olvidados. De hecho citas uno steampunk que me quedo con la curiosidad…
    Gracias por la reseña.

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